Ofrezco este ensayo para sugerencias--si
alguién (wrong spelling) quisiera leerlo y me ofreciera algún consejo, le estaría agradecida.
En el lenguaje de la adición, se
escuche (wrong conjugation) mucho la palabra facilitador. Un facilitador es una persona que le ayuda al adicto a mantener su adicción. Por supuesto hay vendedores de drogas o alcohol y las personas que se los dan por primara vez a los adictos, pero la mayoría de los facilitadores tienen un papel más sutil y complicado. El esposo que ignora
los señales (wrong agreement) de un problema de alcohol y excusa
los acciones (wrong agreement) de su mujer cuando ella
hace (wrong verb) decisiones malas (reverse word order; it sounds strange like this) por causa del alcohol, un compañero de trabajo que
hace (wrong verb) pretextos o mantienen las mentiras del adicto cuando no puede cumplir sus compromisos, los padres que no quieren creer que sus hijos toman drogas y
niegue (wrong conjugation) enfrentarlos.
Normalmente, asumimos que un facilitador es una persona con una relación cercana con el adicto, un pariente o amigo. Pero
tomando una vista más amplia (try rewording; this sounds awkward), es obvio que estas personas
no manejan en un vacío (try rewording; this sounds awkward). Hay varias otras que tienen papeles importantes; personas en posiciones de poder o de influencia, que ignoran los señales (wrong agreement) de un problema, que saben del abuso de drogas pero prefieren que no haya un enfrentamiento, o que tienen sus propios intereses en que el adicto no cambie. Si vamos a enfrentar la adicción en nuestra sociedad, no podemos ignorarlas o disculparlas.
Por ejemplo, en el libro conmovedor
Mi hijo precioso: El viaje de un padre a través de la adicción de su hijo, David Sheff admite que era un facilitador de la adición de su hijo Nic. Pero, aunque Sheff no las identifica así, había otras personas
con papeles importantes en mantener (not exactly wrong, but try rewording) la adicción de Nic. Cuando Nic
fallaba (try faltar) una y otra vez
de (wrong preposition) su escuela privada—tanto
, que el director le dijo a Sheff que Nic tenía un número
record (wrong spelling) de ausencias—no había consecuencias. Tal vez fuera porque era un estudiante inteligente y no parecía adicto—¿o habría sido que la escuela no quería castigar
*** (missing preposition) un estudiante con familia rica y
arriesgar *** (use the pronominal form instead and a preposition) perderlo? Cuando Nic desapareció de la casa, su terapeuta le dijo a Sheff que el muchacho tenía declarar su independencia. ¿Podía ser que el terapeuta temía
estar (wrong verb) demasiado duro o alarmante, a
cuesta (wrong word) de la salud de su paciente? No es que fueran
personas malas o egoístas, pero hay que admitir que sus acciones en parte
ayudaba (wrong person agreement) a Nic a mantener su adicción.
Si queremos enfrentar el problema de la adicción, necesitamos darnos cuenta
*** (preposition is missing) que hay muchos facilitadores en las vidas de los adictos—incluso, tal vez, nosotros mismos. Cuando no decimos algo que debimos decir, cuando
veamos (wrong conjugation) algo y preferimos evitar un
escandalo (wrong spelling) o una discusión, cuando elegimos nuestro confort en vez de arriesgarlo, debemos preguntarnos si hacer lo fácil o no hacer nada es, de hecho, hacer daño.