Bueno, no es ignorancia no conocer a aquella maestra retirada a la que le organizaron uno de esos homenajes escolares.
Ignorancia es mandar a un incapaz (yo a los 7 años, por ejemplo) a inventar la anécdota del ñandú que vino del sur y el quetzal que vino de menos al sur para tocar el xilófono en honor de la señora (no podía ser otra cosa diferente de un acróstico, así que a apechugar con las letras)... y luego a recitarlo en público (bueno, eso ya no es ignorancia, sino crueldad).