Hace muchos años, las malas palabras eran monopolio de los adultos, pero de un tiempo para acá, se permite que los jóvenes las digan incluso en presencia de personas mayores. Y hay adultos que han aumentado el uso de malas palabras, copiando a los jóvenes, como una forma de "negar" su edad.
Me parece muy bien que te haya gustado la Ciudad de México. A mí me encanta vivir aquí.