Queli
January 15, 2013, 07:23 PM
Si alguien quisiera leer este párrafo y darme sugerencias o correcciones, se lo agredecería. El lenguaje sobre las personas con discapacidades es idiomático a veces; entonces, si hay maneras mas apropiadas de decir algo, favor de avisarme.
Inclusión más allá de la sala de clase
Desde el fin de los ochenta, estudiantes con discapacidades en los Estados Unidos tienen el derecho de recibir educación apropiada en el ambiente menos restrictivo. Pero aunque estudiantes con discapacidades con frecuencia están en las mismas salas de clase y comparten los patios de recreo con sus pares, ¿tienen relaciones con significado y amistades con sus pares? En muchos casos, desafortunadamente, la respuesta es no. Por eso, varios distritos y escuelas han creado programas con el propósito de facilitar relaciones entre estos grupos de jóvenes. Por ejemplo, en un programa en el sur de California, niños con problemas de hablar almuerzan con niños llamados típicos. Un logopeda los ayuda a conversar, y chicos en los dos grupos aprenden como relacionarse con sus pares con habilidades diferentes. En otro programa en escuelas secundarias, jóvenes llamados típicos invitan a estudiantes discapacitados a asistir a eventos como una película o una fiesta. Aunque estos programas son deliberados—es decir, son planeados y tienen propósitos específicos en vez de surgen naturalmente—los estudiantes pueden descubrir sus intereses compartidos y con tiempo se desarrollen amistades. Si queremos que el concepto de inclusión en nuestra sociedad es más que una formalidad, necesitamos apoyar estos tipos de esfuerzos que les influyen a los jóvenes a relacionarse con sus compañeros con discapacidades más allá de los límites de la sala de clase.
Inclusión más allá de la sala de clase
Desde el fin de los ochenta, estudiantes con discapacidades en los Estados Unidos tienen el derecho de recibir educación apropiada en el ambiente menos restrictivo. Pero aunque estudiantes con discapacidades con frecuencia están en las mismas salas de clase y comparten los patios de recreo con sus pares, ¿tienen relaciones con significado y amistades con sus pares? En muchos casos, desafortunadamente, la respuesta es no. Por eso, varios distritos y escuelas han creado programas con el propósito de facilitar relaciones entre estos grupos de jóvenes. Por ejemplo, en un programa en el sur de California, niños con problemas de hablar almuerzan con niños llamados típicos. Un logopeda los ayuda a conversar, y chicos en los dos grupos aprenden como relacionarse con sus pares con habilidades diferentes. En otro programa en escuelas secundarias, jóvenes llamados típicos invitan a estudiantes discapacitados a asistir a eventos como una película o una fiesta. Aunque estos programas son deliberados—es decir, son planeados y tienen propósitos específicos en vez de surgen naturalmente—los estudiantes pueden descubrir sus intereses compartidos y con tiempo se desarrollen amistades. Si queremos que el concepto de inclusión en nuestra sociedad es más que una formalidad, necesitamos apoyar estos tipos de esfuerzos que les influyen a los jóvenes a relacionarse con sus compañeros con discapacidades más allá de los límites de la sala de clase.