Tomisimo
June 13, 2007, 03:08 PM
Esto me llegó por correo. :)
No te fíes del correo
Un internauta explica cómo los mails de reenvío le cambiaron la vida
Primero dejé de ir a bailar temiendo ligarme una mujer buenísima, pero que estuviera conectada con ladrones de órganos y que así me robaran las corneas o me sacaran los 2 riñones dejándome tirado en la tina de baño, llena de hielo, con un mensaje en el espejo que dijera: "Llama a Emergencias o te morirás".
Luego deje de ir al cine por miedo a sentarme en una butaca con una jeringa infectada con SIDA.
Después dejé de recibir llamadas telefónicas temiendo que me pidieran marcar *9 y me llegara una cuenta telefónica astronómica porque me habían robado la línea.
También vendí mi móvil porque me iban a regalar uno mas nuevo en Ericsson, pero nunca me llego. Entonces compre otro, pero lo deje de usar por miedo a que las ondas me afectasen el cerebro.
También dejé de comer pollo y hamburguesas porque no son mas que carne de engendros horripilantes sin ojos ni pelos, cultivados en un laboratorio.
Dejé de tomar cualquier cosa que viniera en lata por miedo a morir por meadas de rata.
También doné todos mis ahorros a la cuenta de Brian, un chico enfermo que estuvo a punto de morirse unas 700 veces en el hospital.
Por último, quedé arruinado por comprar todos los antivirus existentes. Dejé de hacer, tomar y comer tantas cosas… que casi muero. ¡No te dejes nunca influir por los correos!
No te fíes del correo
Un internauta explica cómo los mails de reenvío le cambiaron la vida
Primero dejé de ir a bailar temiendo ligarme una mujer buenísima, pero que estuviera conectada con ladrones de órganos y que así me robaran las corneas o me sacaran los 2 riñones dejándome tirado en la tina de baño, llena de hielo, con un mensaje en el espejo que dijera: "Llama a Emergencias o te morirás".
Luego deje de ir al cine por miedo a sentarme en una butaca con una jeringa infectada con SIDA.
Después dejé de recibir llamadas telefónicas temiendo que me pidieran marcar *9 y me llegara una cuenta telefónica astronómica porque me habían robado la línea.
También vendí mi móvil porque me iban a regalar uno mas nuevo en Ericsson, pero nunca me llego. Entonces compre otro, pero lo deje de usar por miedo a que las ondas me afectasen el cerebro.
También dejé de comer pollo y hamburguesas porque no son mas que carne de engendros horripilantes sin ojos ni pelos, cultivados en un laboratorio.
Dejé de tomar cualquier cosa que viniera en lata por miedo a morir por meadas de rata.
También doné todos mis ahorros a la cuenta de Brian, un chico enfermo que estuvo a punto de morirse unas 700 veces en el hospital.
Por último, quedé arruinado por comprar todos los antivirus existentes. Dejé de hacer, tomar y comer tantas cosas… que casi muero. ¡No te dejes nunca influir por los correos!