jordignasi
April 14, 2011, 09:59 AM
La confianza podemos convertirla en opio cuando en lugar de asumir valientemente la angustia de hacer frente a la incierta, desconocida y traicionera realidad, como condición inseparable de esta existencia temporal, eludimos asumirlo engañándonos con la confianza ciega en seres o cosas de este mundo, desnaturalizando la esencia trascendental de la confianza a pesar de experimentarla en nuestros hechos, cuando exclusivamente por ella superamos los infranqueables límites de nuestra condición humana. En lugar de respetar su libre trascendencia, reconociendo que el único que puede satisfacer a la confianza es el ser trascendente, libre, fiel y perfecto en el amor, que nunca llegamos a ser plenamente en este mundo, la violamos, forzándola conforme a nuestro deseo (de apego, de pertenencia al grupo, de fanatismo, de poder...etc.), ofuscándola con la velada apariencia de los seres y las cosas que siempre acabamos traicionándola. Por no reconocer respetuosamente, en los seres y cosas de este mundo, la alteridad del ser trascendente, plenamente libre, fiel y perfecto en el amor, de quien nadie puede apropiarse, pervertimos la confianza y en lugar de asumir la angustia de esta incierta y traicionera realidad, confiando únicamente en el trascendente poder de dicha inapropiable alteridad de perfecto amor presente en nosotros, nos narcotizamos con la confianza ciega en nuestro humano poder, extraviándonos de la verdad que nos hace libres.
Así pues sólo podemos mantener la confianza en los demás como en nosotros mismos si la depositamos estricta y respetuosamente en nuestra imperceptible alteridad espiritual, que nos trasciende a la vida, la verdad, la libertad, la justicia y la perfección del amor. Sólo así permanecemos sin engañarnos con falsas esperanzas, conscientes de nuestra incorregible infidelidad, en la paz de la reconciliación sean cuales sean nuestras incesantes traiciones, y en el conocimiento del amor verdadero, amándonos unos a otros así como a nosotros mismos, por y con el amor de este imperceptible e inapropiable ser espiritual, que se manifiesta exclusivamente a través de nosotros, llevándonos, simplemente porque confiamos únicamente en él, a la inalcanzable perfección que sólo a él pertenece.
Así pues sólo podemos mantener la confianza en los demás como en nosotros mismos si la depositamos estricta y respetuosamente en nuestra imperceptible alteridad espiritual, que nos trasciende a la vida, la verdad, la libertad, la justicia y la perfección del amor. Sólo así permanecemos sin engañarnos con falsas esperanzas, conscientes de nuestra incorregible infidelidad, en la paz de la reconciliación sean cuales sean nuestras incesantes traiciones, y en el conocimiento del amor verdadero, amándonos unos a otros así como a nosotros mismos, por y con el amor de este imperceptible e inapropiable ser espiritual, que se manifiesta exclusivamente a través de nosotros, llevándonos, simplemente porque confiamos únicamente en él, a la inalcanzable perfección que sólo a él pertenece.